30 octubre, 2006

Luis Orihuela: La poética del color

Junto a esta tapia de Jazmines, y con motivo del fin de la exposición de Caja Granada, insertamos la crítica que sobre dicha exposición público la periodista, escritora y crítica de arte, Eva Galán, en el diario, Ideal de Granada:

EVA GALÁN GRANADA



La Pintura de Luis Orihuela vuelve a visitarnos en este cálido otoño de variadas tormentas y esperanzadoras luces de atardecer, como esperanzada y reveladora es la luz de unos cuadros cuyo carácter monumental nace de la sacralización del color, del protagonismo absoluto de diversas gamas cromáticas de bellísimos tonos, que abarcan todos los registros posibles del duende del color, que en el caso de la pintura de este artista jienense tan estrechamente vinculado a Granada y a Cádiz hace tangible la frase de Federico: “El duende es ese misterio magnífico que debe buscarse en la última habitación de la sangre...” El misterio que irradian estos cuadros, en los que la vegetación es universo, y cada hoja, cada brizna, cada flor, cada brisa, cada gota de rocío tienen vida y nombre propio, respiración, latido y palabra, es el secreto de una intrínseca belleza, que va más allá de lo puramente matérico. Estas obras, en gran formato, realizadas en óleo o en pastel sobre lienzo o tabla, son sin duda una exaltación magistral de la vida, de su fugacidad, de su magia; las grandes masas florales, símbolo inmemorial del ‘centro’ del Universo, del alma, son exquisita síntesis de forma y esencia, de color y perfume, de melancolía y lirismo, de pasión y de contemplación unidas.

Estas obras, serenas apoteosis del color, constituyen el resultado de una profunda percepción de la realidad visible, de la Naturaleza, que nos hace ver el interior de esa realidad, ¿y cómo?: pues adentrándose, sumergiéndose en el interior de lo material, haciéndose magnificada naturaleza con el entorno cotidiano que acompaña al pintor. La cualidad fragmentaria y monumental de estas obras, el viaje iniciático que esta exquisita muestra supone al interior de la inmensidad del reino vegetal, poblado de vida, misterio y susurros, protagonista inagotable de un ciclo inmemorial que se repite era tras era, siglo tras siglo, año tras año, segundo a segundo, es la característica esencial de una obra que nos lleva a vislumbrar lo inconmensurable de una naturaleza que nos contienen y que nos supera, a pesar de tantos y cada vez más reiterados e impunes atentados contra ella. Estos deliciosos y majestuosos cuadros de Luis Orihuela nos llevan a desvelar el misterio auténtico de la Naturaleza, el de la vida, ese que siempre se renueva y que nos supera siempre, ese misterio indescifrable que, en clave de color, da vida a estos bellísimos cuadros que son lección magistral de saber, de conocimiento, de profesionalidad, de libertad expresiva. Ese misterio, el de la vida, que es también el de la belleza, es el que sin duda hace sentir a todos los visitantes a esta muestra que aún existen espacios para la felicidad, que el Paraíso, después de todo, es posible.


30 de septiembre de 2006

10 octubre, 2006


Imagen de la sala de Granada de la Calle S. Antón en la que ha expuesto Luis Orihuela

FIN DE LA EXPOSICION DE GRANADA


El pasado día 5 de Octubre, finalizo la exposición de Orihuela con un gran éxito de crítica y público. Los cuadros ya han sido retirados de la sala 1 de Caja Granada y el artista se pone manos a la obra (nunca mejor dicho), y a preparar futuros proyectos de los que os iremos informando.

Así mismo también iremos colgando reseñas de las críticas recibidas en esta última exposición.